Islandia

*(Lamento las faltas ortográficas. Mi compu no acolita jeje)

Cómo describir todo lo que acabo de ver en tan pocos días que se consumieron lenta y a la vez tan rápidamente. Debo empezar diciendo que esta tierra es mágica… Tiene duendes y ángeles a la vez.
El miércoles llegue a Reykjavik en plena tormenta. Tome el bus desde Keflavik hacia BSI por unos 40 minutos… La vista desde ese momento me recuerda a la imagen que tengo del génesis de este planeta… Esta imagen se reinvento en mi imaginación después de todo lo que vi acá. (Ahorita estoy en el avión de regreso a NY, por cierto, persiguiendo al sol, es decir, en eterno –intenso- atardecer)
En fin, en medio de la lluvia, la amiga de Bethany, Cat, me recogió y caminamos hacia la Universidad, donde me quede para la primera clase, Geofísica (Nota: Cuando un oso polar nada hacia la costa de Islandia, no hay otra opción más que dispararle, no pueden regresarlo al polo norte porque los osos son territoriales y se matan entre si y si se quedan, como no hay mucho que comer, hay temor de que ataquen a la gente, solo este año mataron a 4). Después de clase, Bryce, un compañero de clase nos llevó al departamento de Bethany. Un apartamento amplio, simplemente genial. Inmediatamente Cat y yo fuimos a desayunar/almorzar. Fuimos al Laundromat, un café en donde comi pastel de skyr (un producto lácteo más denso que el yogurt, y 10 veces más rico). Cat y yo conversamos largo rato, me cayó muy bien esta chica Inglesa. Para mi suerte dejo de llover y pude empezar mi tour caminando. Me fui a la iglesia, Hallgrimskirkja pero estaba cerrada para un funeral así que me dirigí hacia el Perlan, un observatorio de la ciudad, con una vista increíble. Tuve suerte porque cuando llegue por un ratito se aclaró el cielo y la vista era infinita. Antes de eso había una tormenta de nieve y mientras eso pasaba yo estuve en el Museo de la Saga, empapándome de historia Islandesa. Las figuras de Silica me recordaron al museo de cera en el centro de Quito. Se veían reales y me transporte a las épocas de los primeros asentamientos por vikingos y curitas irlandeses.
Camine de regreso hacia la iglesia y vi toda la ciudad nuevamente. Curiosamente, el parlamento de Islandia (el segundo en formarse en el siglo 10, después del griego) decidio en el ano 1000 que toda la gente iba a ser Cristiana, a pedido del rey de Norway. Sin embargo, la religión pagana aun estaba permitida en la privacidad de los hogares de los habitantes. Estoy hablando de una población que ha fluctuado alrededor de 300 000 habitantes, con explosiones volcánicas controlando la densidad poblacional y de ganado.
Luego caminé por Lagavegaur, la calle principal y más artística que he conocido, arte urbano en cada esquina, arte Islandés e internacional en galerías y cientos de cafecitos (todos básicamente llenos). Decidí entrar a uno, Babalu que estaba una tangente. Mientras me tomaba mi chocolate caliente me di cuenta que iba a llegar tarde para el arribo de Bethany. Llegue a su apartamento y su amiga Emily, otra dulzura de mujer, vino a hacerme compañía hasta que llegara. Apenas llego le di su Dr. Pepper, pop tarts y face wash que había estado extrañado de su natal Texas. Inmediatamente salimos a comer al Sea baron, un restaurancito en el puerto donde este viejito Islandés que no habla inglés nos cocinó una sopa de langosta! YUM YUM.
Por la noche conocí a varios de los amigos de Bethany en la fiesta para los estudiantes de intercambio, todo un evento. Me dormí como una roca. Antes de salir, por cierto, tomé una ducha y si, el agua apesta a huevos podridos por todo el contenido de sulfuro. Para el final del viaje ya me había acostumbrado, es más, creo que voy a extrañar esa riqueza en el agua.
Me levante temprano para mi tour en el “Circulo de oro”. En el camino vi un amanecer con luces verdes que yo pensé era la Aurora Boreal, me robo el aliento… Uno de esos momentos que no hay manera de capturar en cámara. Para mi sorpresa (y placer), otra Ecuatoriana estaba en el tour, su nombre es Patty y estudia en Boston. Ella y su prometido (de Brasil) fueron mis compañeros de viaje, conversamos largo.
Nuestra primera parada fue Thingvellir donde el Althingi (El primer parlamento) se reunía. Es un lugar que tiene mucha energía, se siente. En desarrollo geológico constante, la placa tectónica norteamericana y la europea se unen en este lugar. Me pare en el valle y simplemente observe con asombro…
Enseguida nos fuimos a Gulfoss (cascada de oro), una de las cascadas más bellas que he visto en mi vida. Se formó como una división al final de la era de hielo. Se supone que ahí está escondido un tesoro, lo que se relaciona con la cantidad de arcoíris que se forman en el verano y la creencia que al final del arcoíris está el tesoro (esta es una creencia nórdica). Hay otras leyendas asociadas con el nombre pero esta es mi favorita.
Nos sentamos a comer en el café sobre Gulfoss, había sopa tradicional de oveja. Para chuparse los dedos! Inmediatamente fuimos a Geysir, el géiser por el que existe esta palabra. Unos turistas ignorantes botaron rocas dentro del el décadas atrás y por eso ya no explota. Sin embargo, a su lado esta Strukkor, que cada ~5 minutos da un saludo al mundo. Es toda una experiencia observar el agua calentarse, las burbujas formarse, la forma cóncava y de un azul inefable que toma el geiser antes de explotar y de repente el agua salir apresuradamente en un chorro interminable. – fue súper gracioso ver a la gente que observaba apresurada con cámara en mano y se frustraba porque el geiser amagaba. Me alegra que aún haya cosas que no podemos predecir, es un recordatorio constante que la naturaleza está ahí, con o sin nosotros… El abuso de recursos naturales en el último siglo me hace pensar que demasiada gente piensa que la naturaleza está ahí para nuestro servicio.
Hicimos varias paradas fuera del camino. Faxa, una cascada por la que cruzan los salmones en retorno a donde nacieron para reproducirse. Interesantemente, una escalera para ayudar a los salmones en su trayectoria había sido colocada ahí. Mucho más interesante es que los salmones no la utilizan ;) el salto que tienen que hacer es impresionante pero van por cascadas más altas en otros lugares y lo consiguen. En Islandia no hay osos pero en otros lugares donde existe esta migración hay osos que dependen de ese salto para atrapar el salmón que será su cena. Fascinante.
Tambien paramos en Kerith, la versión islándica del Quilotoa. Luego fuimos a Keragerthi, una ciudad en la que utilizan la energía geotermal para calentar e iluminar invernaderos y asi producir su comida. Autosostenibilidad es aún una utopía en Islandia pero están en camino.
Mientras regresábamos a Reykjavik me puse a conversar con el guía turístico. Le pregunte acerca de las actividades económicas en el país y acerca de lo que pensaba en cuanto al uso de recursos naturales. Al inicio del siglo 20 una mujer lucho arduamente para que en Gulfoss no se construyera una planta hidroeléctrica, manteniendo la belleza del paisaje; ella es reconocida como la primera ambientalista del país (el movimiento ambientalista no comenzó en Islandia hasta 1999, tarde en comparación al mundo). Ahora 60% de la electricidad generada viene de plantas hidroeléctricas, mientras el resto es geotermal (un recurso técnicamente no renovable ya que la calidad de energía que se puede extraer se reduce exponencialmente con el tiempo, es muy “verde” en relación a emisiones). Conversamos largo y él estuvo agradecido por todo lo que pregunte, parece que no hay muchos turistas que le hacen este tipo de preguntas… Le hice preguntas muy parecidas a otra Islandesa que conocí esa noche en la cena por Acción de Gracias… Quien hubiera dicho que iba a tener que ir a Islandia para celebrar mi primera acción de gracias estilo americano y completamente en Ingles (celebre mi primer año en NY con mi tía Mary y su familia). En el camino vimos una señal para peatones que decía “Las criaturas de Navidad en Reykjavik” Un gnomo, un gato, una bruja y los 13 papa noeles, malos y buenos que son celebrados ahí. Me encanta que mantengan sus supersticiones antiguas tan vivas y que las hagan parte de su cultura.
El viernes por la mañana nevó aún más; Bethany tenía una emoción contagiosa, era la primera vez que veía tanta nieve. Ella es de Texas. Fui al museo de Reykjavik 870±2 que se refiere al asentamiento de Ingolfur Arnarson. El museo representa la excavación que hicieron de la pared más antigua en Islandia, con esta fecha. Hicieron el cálculo geológico de acuerdo a la capa de ceniza (tephra) de una explosión volcánica. El museo es interactivo y además ofrece la oportunidad de ver el asentamiento que se excavo. Asombroso.
Mientras caminaba alrededor del lago para encontrarme con Bethany después de su clase vi a un grupo de gente, jóvenes disfrazados de angry birds. Yo estaba leyendo la descripción de una estatua y uno de ellos me pregunto si estaba perdida. Le dije que no (no iba a perder mi oportunidad) y le pregunte por que estaban vestidos asi. Me contaron que ese dia se graduaban de Colegio general (conocido como Gymasium en el norte de Europa). Me dijeron que habían estado bebiendo desde las 6am y que seguirían hasta las 3 (eran las 11am). Me invitaron a tomarme una cerveza (Viking) con ellos. Skoul (dije en mi Islándico precario). Después de eso, y con cerveza en mano, camine hacia la universidad y me perdí por un rato, fue exhilarante.
Almorzamos en Cake Loki al frente de Hallgrimskirkja. Yo comí tiburón (si, una excepción a mi dieta orgánica) que tradicionalmente es acompañado por un shot de un trago conocido como la muerte negra. El tiburón estuvo delicioso; el trago no tanto. Luego tome un chocolate caliente (56%) que fue una delicia. Luego corrimos para tomar el bus hacia la laguna azul! Un paraíso en el que utilizan el agua de la planta geotermal como un spa. Nos pusimos mascarillas de silica, ceniza volcánica y alga. Conocimos a dos parejas de adultos con las que conversamos un rato acerca de viajar y sobre cómo nos conocimos por Semester at Sea. Muy agradables.
Regresamos a dormir y nos levantamos a la media noche para el runtur (la versión de ir en bar en bar islándica). Bethany estaba muy cansada así que decidí irme por mi cuenta. Mientras caminaba a Kaffi barín, me atrajo la música de Buddha, otro bar cerca, estaban tocando Dont stop believing, la canción que me recuerda a Semester at sea. Entre por un rato pero no me gustó mucho el ambiente. Me fui a Kaffi barín y me tome una cerveza especial de Navidad, rica y estuve bailando con unas islandesas (Nota: empezar a salir a bares con música techno, me encanto!!! ) Mientras caminaba al siguiente bar un tipo me agarro el cabello, obviamente estaba borracho. Me dijo que tenía un pelo increíble, me jalo hacia un bar y se puso a bailar. Yo me asuste y apenas se despisto salí corriendo del bar. Me meti a Privik porque me gusto la música. Me puse a conversar con un par de chicos, Edward (suizo/islandes) y Brudio (Islandes) conversamos política, entre otras cosas. Ellos me llevaron al English Pub donde había música en vivo (todas las noches) y luego fuimos a Bacchus a bailar un poco más. Cuando me dio cuenta ya eran las 4:30am así que me despedí y camine de regreso al departamento, sin olvidarme del tradicional hot dog después de la fiesta! Que rico, era de oveja!!! (O seria el hambre, jeje)
No nos despertamos hasta después de una hora luego de la alarma. Fuimos a rentar el carro y de camino a la provincia de Snaefellsness. Bethany nunca había manejado en nieve y me boto el muerto, como bien decimos. De pronto, por primera vez, maneje de a de veras no solo en nieve, si no en medio de una tormenta de nieve y por 5 horas seguidas. Bueno, con algunas paradas para absorber la belleza de los lugares donde estábamos, todo ese espacio me hizo sentir que volaba y nadaba por mares infinitos.
Mientras manejábamos decidimos quedarnos en algún hostal en el camino a dormir cuando anocheciera. No hubo pueblos por varias horas. Cuando llegamos al primer pueblo, el costo era exorbitante. Manejamos al siguiente, Olafsvik (unos pocos km más allá) y en la gasolinera pregunte si había algún lugar donde podríamos quedarnos. Me enseñó un volante con una dirección y un número telefónico. Llamamos, la señora estaba de viaje pero nos dijo que fuéramos a la casa de su vecino por las llaves de su casa. Perdidas en este pequeño pueblo, al final, un señor nos siguió en su carro y nos preguntó si buscábamos Skalholti. Si, era el vecino (y cuñado) que había salido a encontrarnos. Nos dirigió a la casa, nos dejó la llave y nos dijo que podríamos darle el dinero a él. Fuimos al cajero automático y luego hacia el único restaurant Gildis (que estaba vacío). Después de comer hacia la casa... Mientras comíamos comenzó una tormenta de nieve. El departamento era una belleza, con una salita de estar, una cocina bien equipada, un cuarto con una silla para bebes y un cuarto con dos camas. Jugamos cartas y conversamos acerca de Laxness, un escritor Islandés que ganó un premio Nobel de Literatura. Yo estoy leyendo su novela, Gente Independiente, realmente un reflejo de lo que había estado observando durante mi estadía allí. Dejamos el dinero y las llaves debajo de la puerta del cuñado y salimos a las 6:30am, con nieve de aproximadamente 20cm de altura. Aun no sé cómo no nos quedamos atascadas antes. Un solo carro había pasado antes de nosotros y fue sobre sus huellas que pude manejar. Sin embargo, cuando quisimos esperar en un pueblito a que salga el sol (~10am) nos quedamos atascadas en la intersección por 2 horas. En la montaña a un lado se encendió una luz verde fluorescente, estoy segura era la casa de un gnomo. Nadie paso por ahí, vimos una tormenta venir y decidimos meternos al pueblo de Hellnar para encontrarnos con todo cerrado (no había más de 10 casas ahí). Saliendo del pueblo, nos quedamos atascadas en la misma intersección, eran las 1030. El sol empezó a salir, la tormenta venia y habían pasado 40minutos. Decidimos llamar al servicio de emergencia. De pronto, apareció un ángel (o troll?). Su nombre es Peter. Con sus brazos empujo el carro fuera de donde estábamos y nos llevó hacia la carretera que estaba más o menos limpia. Su esposa manejo su camioneta al frente, abriéndonos camino y el manejó nuestro carro. Yo fui colgada de la ventana… Viendo el amanecer sobre las montañas y al otro lado un precipicio en el que se rompían las olas… Ahora entiendo la razón por la que Julio Verne comenzó el camino al centro de la tierra desde aquí. Por todo el camino vi los caballos galopar alrededor (hay caballos salvajes que se ven como peluches, literalmente, y viven tranquilamente a la intemperie en el invierno). Después de eso manejé sin parar hasta Reykjavik, tome mi maleta y como nunca antes se pronunciaron los genes de mi papi y fui una bala en la carretera al aeropuerto. Llegué a las 4pm. Mi vuelo salía a 5:05pm… Entré inmediatamente a dejar el carro, el aeropuerto estaba casi vacío. Entre al abordaje y ahora estoy volando, persiguiendo el amanecer y solo queriendo regresar. Sé que volveré. Mi experiencia fue la mejor porque pude compartirla con mi gran amiga Bethany, no se que hubiera hecho sin ella. Aún tengo que ver la aurora boreal, queda para el momento adecuado.


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