Sumergida en la vida misma
Hay un aire reconfortante en el vecindario. Rostros conocidos me saludan en la mañana y en la tarde. Mis compañeros en el laboratorio se han convertido en mis confidentes, nos reímos juntos mientras me cuentan tolees. Los tolees son básicamente chistes. En resumen, esta semana se sintió más cotidiana. Levantarme con la luz del sol, leer, ir al trabajo, regresar a casa a descansar y en los entre-tiempos compartir y reírme con la gente que voy conociendo en el camino. Caminando por mi vecindario: Uno de los intercambios más chéveres que tuve fue con un señor en un trotro, una de las tantas personas que se sorprenden cuando les hablo en Twi. Me preguntó si vengo de América –aquí como en la mayoría de países no latinoamericanos, América equivale a Estados Unidos-, ya me he frustrado tantas veces dándome la vuelta explicando que si soy de América, el continente, que consiste también de Latinoamérica. En fin, mi respuesta fue no. Soy de Ecuador en Sudamérica. El me dijo, ...